Parecía que nunca iba a llegar, pero el verano ya está aquí y con él llegan los primeros aumentos de temperatura. El calorcito se empieza a notar y, aunque sea sinónimo de alegría, no debemos olvidarnos de la importancia de saber actuar ante él. Si para un adulto es peligroso no saber combatirlo correctamente, para un bebé lo es aún más.
Debemos tener en cuenta que un bebé siente la temperatura igual que nosotros, así que quítate de la cabeza esa idea de que siempre debe estar bien tapadito. Si le abrigamos en exceso, el calor puede generar una erupción en la piel al obstruir las glándulas sudoríparas o incluso provocar un golpe de calor. Únicamente por la noche sí es aconsejable que duerma con una sábana finita para que no le afecte la bajada de temperatura propia de la madrugada.
Teniendo esto en cuenta, a continuación vamos a dejarte algunos consejos complementarios que te ayudarán a que tu pequeño pase el verano sin ningún contratiempo:
Puedes refrescar la casa con aire acondicionado, pero nunca pongas al bebé bajo el chorro de aire ni dejes el aparato encendido por la noche en su habitación.
Es probable que el uso del aire acondicionado seque la casa, así que asegúrate de ventilarla habitualmente e incluso encender el humidificador. Así evitarás que el aire seco irrité las vías respiratorias del pequeño.
Además de vigilar la temperatura en casa, también debes hacerlo en otros lugares como el coche. Si viajas con un bebé, asegúrate de ventilar bien el vehículo, haz descansos y, por supuesto, jamás lo dejes solo dentro.
Dale suficiente agua
Cada cierto tiempo, ofrécele agua. Él mismo se encargará de indicarte si la necesita o no. Aplica este consejo también en el caso de que le estés dando el pecho, puede necesitar agua si hace demasiado calor.
Que haga calor no significa que tengáis que pasar todo el día en casa. De hecho, un ratito al aire libre proporcionará a tu bebé una dosis de vitamina D muy necesaria. Eso sí, procura salir a la calle por la mañana temprano o al atardecer para evitar las horas de más calor y protégelo siempre con una sombrilla, sombrero o gorra.
Como ya te hemos contado en otras ocasiones, la piel de los bebés es extremadamente sensible y la exposición al sol puede provocar quemaduras de primer grado muy fácilmente. Por eso, evita el sol directo siempre que puedas y, a partir de los seis meses, aplica un protector solar adecuado. Antes no es aconsejable por riesgo de sufrir una reacción alérgica. Evitar el sol es el mensaje. El bebé tiene la piel muy sensible, una exposición aunque sea breve puede producirle una quemadura de primer grado.
En los primeros seis meses está contraindicado proteger su piel con crema solar por el riesgo de alergia, a partir de esta edad no debe salir a la calle sin una crema infantil con factor alto.
Como ves, son consejos muy sencillos pero imprescindibles para que tu bebé no sufra golpes de calor ni quemaduras. Aplícalos en cuanto empiecen a subir las temperaturas con los productos de nuestras canastillas de bebé, uno de los mejores regalos para bebés recién nacidos y ¡a disfrutar del verano!